lunes, 21 de mayo de 2012

LOS MINUSVALIDOS TIENEN DERECHOS....

Los minusválidos tienen derechos
“….El camino para beneficiar a los minusválidos pasa por comprender que tienen derechos, y estos necesitan ser convertidos en realidad laboral, facilidad de transporte y los demás temas señalados.  Muchas veces no se necesitará de inversiones cuantiosas, sino de pensar un poco en ellos y sus necesidades, que encajan perfectamente en el concepto de los derechos humanos.” (Artículo publicado en Prensa Libre del 31 de enero de 2012. Pág. 16)

En relación al presente artículo, me permito manifestar mi opinión al respecto, partiendo de que la palabra minusválido me parece despectiva, ya que en el Diccionario se encuentra el significado de esta palabra como: adjetivo, dicho de una persona: Incapacitada, por lesión congénita o adquirida, para ciertos trabajos, movimientos, deportes, etc., este término limita a la persona desde que se le hace referencia. Afortunadamente en la actualidad se escucha con más frecuencia que a las personas con alguna deficiencia son llamadas personas con discapacidad; el tener alguna deficiencia no significa que la persona sea totalmente incapaz de participar en la sociedad.

A lo largo de la historia, a las personas con discapacidad se les ha visto y tratado de distinta manera en relación con las personas sin discapacidad, también se les subestima, se les considera que no son normales y que no están capacitadas para hacer las cosas como el resto de las personas.  Muchas personas se refieren a ellos como: inválido, cieguito, sordito, loquito, etc. y en muchas ocasiones, se asocian las deficiencias a un castigo.

Me he encontrado con algunos padres que al darse cuenta que su hijo o hija, nació con algún tipo de discapacidad se pregunta: ¿Qué habré hecho mal?, ¿Qué hice para merecer esto? ¿Qué estaré pagando?, en lugar de ver que esa condición que tiene su hijo, tiene una explicación científica y que hay que luchar para lograr que tal característica, no limite su desarrollo e inclusión dentro de la sociedad.


Pero, qué hacer cuando la familia de la persona con discapacidad, ha reconocido que es importante el desarrollo de este individuo y consciente de  que tal vez con mucho esfuerzo, pero con la voluntad de querer ayudarlo a salir adelante, encuentra que en Guatemala, las oportunidades son muy limitadas para las personas con alguna discapacidad física, visual, auditiva o intelectual, en todos los aspectos: educación, salud, trabajo, recreación, aspecto social, etc. y más aún, cuando esta persona con discapacidad nace en un hogar, en donde las carencias económicas son evidentes, el problema se hace aún más grande.

En educación por ejemplo, el único centro educativo del Estado para atender a personas con discapacidad es el centro “Alida España”, el cual atiende a una sobrepoblación, y por ésta razón, la educación que brindan en este lugar no es como debería ser.  En salud por ejemplo, para que estas personas tengan un nivel de vida menos complicado necesitan de cuidados especiales, que el Estado de Guatemala no es capaz de brindar  por los recursos económicos que se necesitan para la compra de los insumos, ejemplo de estos son: medicamentos, equipo de autoayuda, terapias, etc.

También hay otro aspecto importante y determinante que es parte de la salud integral tanto de la persona con discapacidad, como de los padres, y este es el aspecto psicológico, ya que lamentablemente a diario nos encontramos con personas poco sensibles, que son indiferentes ante la situación, o en el peor de los casos se burlan de estas personas, esta indiferencia perturba emocionalmente en mayor o menor grado, a la persona afectada por su discapacidad y a sus padres o personas cercanas. ¿Acaso no saben, estas personas que la discapacidad no es exclusivamente de nacimiento?, esto significa que nadie está libre de padecer en algún momento de su vida algún tipo de discapacidad por diversas razones, una enfermedad cerebro vascular, un accidente automovilístico, o por los niveles de violencia que se viven hoy en día.

Por lo anterior, es importante que los gobiernos y la sociedad en general, no excluyan a las personas con discapacidad, que se cumplan los derechos que tienen en todos los ámbitos, que no sean vistos como “pobrecitos”, sino como personas con dignidad que merecen respeto.


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